Monitores de Signos Vitales

La compra de equipos de monitoreo es un proceso que debe evaluarse en detalle de 6 a 8 meses antes de la puesta en marcha de esta unidad. Entre las consideraciones deben tenerse en cuenta:

• Población de pacientes a tratar
• Recursos financieros.
• Grado de especialización de la unidad.

Además, dicha compra debe contemplar un plan estratégico para el futuro de al menos 5 años.

Áreas de experiencia

Para áreas de especialización como terapias intensivas para adultos, pacientes coronarios y neonatales, se sugiere pensar en monitores modulares y con el despliegue de al menos 6 formas de onda.

• Entre los parámetros sugeridos como base se recomiendan: electrocardiograma (ECG) con medición de frecuencia cardíaca, respiración, presión no invasiva (PNI), uno o dos canales de presión invasiva (PI), pletismografía de saturación de oxígeno (SpO2) y temperatura, en todos equipo y 2 o 3 módulos de gasto cardíaco y CO2 por unidad.
• Otra aplicación a considerar es el sistema con algoritmos aprobados por organizaciones internacionales, para la detección de arritmias como la American Heart Association (AHA) y el Massachusetts Institute of Technology (MIT), así como un sistema de alarma confiable.
• Se sugiere monitorear 12 canales de electrocardiograma (ECG) y medición del segmento ST en al menos 3 canales.
• Opcionalmente, se sugiere que el monitor se pueda conectar a un equipo externo como ventiladores, bombas de infusión, entre otros.
• Preferiblemente estos monitores deberían estar conectados a un centro de monitoreo.

Quirófanos y recuperación

En quirófanos y áreas de recuperación, también se recomiendan monitores modulares.

• Estos deberían poder conectarse (a través de alguna interfaz) a las máquinas de anestesia para integrar y administrar toda la información del monitor del paciente.
• Los parámetros sugeridos son: electrocardiograma (ECG) con medición de la frecuencia cardíaca, uno o dos canales de presión invasiva (IP), presión no invasiva (PNI), saturación de oxígeno (SpO2) y pletismografía, gasto cardíaco, medición de CO2, 2 temperaturas y preferiblemente un módulo con al menos dos canales EEG.
• Preferiblemente, el monitor debe poder conectarse al ventilador de la máquina de anestesia para facilitar la integración de los datos.
• Debe tener un módulo de medición de gas anestésico.
• También se recomiendan un módulo grabador y una impresora.

• Los electrodos, especialmente los asociados con los calentamientos (por ejemplo, los electrodos para la medición transcutánea de los gases sanguíneos, TcPO2 y TcPCO2) deben cambiarse periódicamente para evitar quemaduras o irritaciones en la piel.
• Los cables de cada uno de los parámetros, y especialmente los cables de ECG, deben revisarse periódicamente para detectar rupturas o contactos falsos.
• Se debe tener precaución en el uso de oxímetros de pulso, especialmente cuando se usan sistemas de electrocirugía porque generan señales de alta frecuencia que podrían afectar el funcionamiento del sensor de SpO2.
• Los cables de los diferentes parámetros, así como los cables de ECG deben estar protegidos según lo indicado por la FDA para evitar descargas del paciente.
• Las alarmas en los monitores dan una de las principales consideraciones y los usuarios de estos deben estar familiarizados en sus diferencias auditivas y visuales ya que deberán clasificar las diferentes situaciones del paciente entre muy grave, moderado y de bajo riesgo.